Pisac y Ollantaytambo

Si Cusco es interesante no lo son menos los pueblos del valle sagrado. Vamos por partes: en mi primera excursión desde Cuzco visité Pisac y Ollantaytambo.
Aprovechando que era domingo, empecé por el primero, ya que había oído que había mercado. Para mi decepción era un mercado de artesanías dirigido principalemente a turistas, por lo que ofrecía cosas que potencialmente yo podría comprar (en caso de querer cargar con ellas en la mochila), pero un ambiente muy poco interesante para mí.

image
Pisac y su mercado

Así que comencé a subir una calle que después se convertiría en camino y más tarde en escaleras. Y así dos largas horas de dura subida, hasta que al fin comencé a vislumbrar las primeras ruinas.

image

Miento: llevaba ya un buen rato trepando entre andenes o terrazas de cultivo construidas por los incas.

image

Las ruinas de Pisac en realidad consisten en varias agrupaciones de edificios muy dispersos entre sí, por eso la mayoría de la gente se pierde una buena parte: la caminata es larga, y muchos suben en taxi o bus por otro camino y éste no les espera el tiempo suficiente. Lo ideal sería hacer lo que hice yo pero en sentido inverso: subir con transporte y bajar a pie por el otro lado. Pero ya sabéis que lo fácil no es para mí!

image

image

image

Mientras decidía si volver a bajar a pie (por un atrajo que acababa de encontrar) o trataba de unirme a algún grupo con el que compartir gastos, aparecieron Julien, Mayra y Dani, que me ofrecieron bajarme gratis en coche hasta el pueblo ¡Cómo me iba a negar! Total, que acabamos comiendo juntos y me llevaron hasta Ollantaytambo.
A esas alturas el ceviche del día anterior empezaba a vengarse de mí, así que cené suave y barato y me fui a dormir.
Ollantaytambo es un pueblo muy especial, ya que conserva toda la planta y los cimientos de sus casas de origen inca.

image

Por muchas de sus calles corren canales de agua con más de 500 años de antigüedad. Las ruinas están casi integradas con el pueblo, al fin y al cabo datan de la misma época. Consisten en más andenes, algún templo y otros edificios.

image

image

image

image

A pesar de la flojera, logré recorrer todo el lugar, poniéndome antes de medio día rumbo a Cuzco de nuevo: al día siguiente viajaba a Machu Picchu y debía recuperarme por completo de la venganza del ceviche!

Deja un comentario